Antes que coach profesional soy psicóloga social y arte-terapeuta y mis sesiones de gestión emocional tienen un poco de todo eso, mezclado. ¡No vas a encontrar un espacio igual en otro lado!
Por ejemplo, algunas veces implementamos arte-terapia, te cuento un poco de qué trata, arte-terapia es un proceso novedoso, una propuesta no invasiva para sortear resistencias y probarnos a nosotros mismos que somos potencialmente creativos y que en nuestras manos está cambiarnos las condiciones de vida.
El arte genera opciones, descubre, posibilita, se nutre de las emociones; Arte terapia es una opción muy efectiva en situaciones de stress, no tiene efectos colaterales y es, tal vez, la única propuesta que ofrece la alegría como práctica terapéutica.
La invitación es a tomar conciencia de nuestras emociones y a expresarlas mediante la creatividad. La creación artística permite que éstas se pongan de manifiesto y nos revelen cómo nos sentimos.

Cuando observamos algo con el propósito por ejemplo de dibujarlo, nuestra mirada es mucho más profunda; comprendemos el funcionamiento de las cosas y proyectamos nuestro pensamiento en el tiempo presente, en este caso sobre el papel. Además, el dibujo estimula la imaginación y el pensamiento.
Es muy común escuchar decir: “soy mala dibujando”. Sin embargo, el dibujo es una herramienta comunicativa, un medio para resolver problemas, visualizar nuestras ideas, analizarlas, criticarlas, mejorarlas, crear ideas nuevas y compartirlas con otros.
Se trata de soltar la emoción libremente y canalizarla de un modo original y espontáneo a partir de lo que estás sintiendo en este momento. De la emoción que están sintiendo.

¿Qué es una emoción?
Proviene del latín emotío que significa movimiento o impulso. Son estados afectivos, reacciones al entorno que nos mueven por dentro.
Son más intensas pero menos perdurables que los sentimientos. Duran 90 segundos, la emoción nace en una amígdala, en el centro del cerebro y tarda 90 segundos en el torrente sanguíneo manifestándonos el correlato de la emoción.
Las emociones se contagian, por eso es importante aprender a reconocerlas y gestionarlas, para percibir lo que sentimos, cómo, porqué y en qué grado lo sentimos…y así ver cómo nos afecta a nosotros y a nuestro entorno.
Una emoción positiva neutraliza una negativa. Cuanto más desafías tu tendencia a la negatividad, mejor te sentís. Además, es energía pura!
Las cinco emociones básicas son: alegría, tristeza, rabia, miedo y la calma que es la reguladora emocional.
Te cuento un poco, una por una, para que las vayas conociendo.
Qué es la Alegría
La alegría es, seguramente la emoción más deseable para la mayoría. Nos sentimos animados, con ganas de hacer cosas, de movernos y de emprender alguna acción.

Su energía es fresca y luminosa, podemos sentirla en todas partes del cuerpo, especialmente en la barriga, en las zonas superiores, como los pulmones y la cara…la energía se expande hacia adelante como si quisiera salirse de nuestra piel o sube como en un efecto burbujeante. Es una ENERGÍA DE DESPLIEGUE, de tendencia extrovertida, que nos mueve a actuar, a expresar, a compartir.
Los científicos han averiguado que, si no te sentís bien pero pones cara de estar bien, por ejemplo cuando sonreís mecánicamente y sin ganas, ¡generas una química del bienestar que te hace sentir mejor! Y eso significa que empezar a querer sentirnos mejor ya es un paso para sentirnos bien realmente.
¿Qué te provoca alegría?
Qué es la tristeza
Es la emoción básica opuesta a la alegría. Se caracteriza por la sensación de falta de confianza, vulnerabilidad. Puede estar movida por muchas causas, pero por lo general va ligada a la pérdida de alguna persona u objeto con el que teníamos un fuerte vínculo emocional.
La tristeza es una emoción que nos invita a la reflexión y nos obliga a detenernos y prestar atención a algo que nos sucede. Algo que pretende ser visto y atendido para que podamos asimilarlo y transformarlo. El problema es que, como eso duele, solemos esquivarla a toda costa, pero la emoción sigue ahí llamando a nuestra puerta de vez en cuando hasta que nos dispongamos a verla, sentirla, aceptarla…para, finalmente, dejarla marchar. Pero es una emoción que necesita tiempo y paciencia.
Es una caída general de energía, quiere contraerse, cerrarse y replegarse sobre sí misma. Es pues, una EMOCIÓN (no energía) DE REPLIEGUE, de tendencia introvertida, que nos invita a parar, a reflexionar y a sentir ese dolor o aflicción.

Es considerada una emoción displacentera, pero es bueno tener en cuenta que no todo lo que proviene de ella es malo. Puesto que una de sus funciones es permitirnos tomar conciencia y acceder a aspectos profundos de nuestro ser, tanto de nuestro pasado como de aquello que nos trasciende, y valorar las cosas que realmente nos importan y tienen sentido.
También al ponernos en contacto con nuestra vulnerabilidad, limitaciones e imperfecciones, a su vez nos conecta con nuestras partes más bellas y humanas, como son la empatía y la compasión por el otro.
¿Qué te hace sentir tristeza?
Qué es la rabia o el enojo
La rabia, también conocida como la ira o enojo, es una emoción exaltada y desagradable que surge de la frustración ante algo que deseamos y no tenemos o ante alguna injusticia. Con su aparición a veces gradual y otras de manera súbita, sentimos sensaciones que van desde una ligera irritabilidad hasta una gran indignación, ira y furia.
Evolutivamente, la rabia tiene una función defensiva, de supervivencia y diferenciación.

Sentir rabia en sí no es malo, ya que nos puede permitir poner límites a situaciones abusivas y a las relaciones con otros individuos, respetando nuestra individualidad. El problema viene del modo en que la expresamos.
La rabia quiere, por naturaleza, poder salir, descargarse. Por eso decimos que tiene un movimiento expansivo de ENERGÍA EXPANSIVA desde adentro hacia afuera.
Cuando nos sentimos enojados, ofendidos o rabiosos, sentimos internamente que nuestra energía quiere salir disparada hacia afuera para sacarse al otro de encima o agredirlo. Es una energía intensa, y a nivel corporal sentimos como si algo nos oprimiera desde adentro o bien algo entrara en ebullición y quisiera expandirse.
¿Qué te causa rabia?
Qué es el miedo
El miedo es una emoción que se caracteriza por una sensación desagradable e intensa experimentada ante la percepción de un peligro real o imaginario.

Es la emoción más primitiva o animal que tenemos y, biológicamente su función es prepararnos para la supervivencia, para poder dar una respuesta rápida y eficaz ante un riesgo o amenaza vital. Proviene de nuestro cerebro más primitivo que es el encargado de los instintos más primarios y del sistema límbico, que regula las emociones.
¿Es una emoción negativa?
Es displacentera, pero el miedo tiene una función positiva y es la de hacernos detener ante una situación de peligro y actuar con prudencia.
Es una ENERGÍA DE CONTRACCIÓN: la energía se retrae hacia adentro y sentimos como si algo desde afuera nos abrumara tanto que nos empequeñeciera, acobardara o bloqueara.
¿Qué te provoca miedo?
Qué es la calma?
Es la emoción reguladora por excelencia.

Si no estamos bien, no podemos hacer sentir bien a los demás. ¿Cómo estar con un otro desde un lugar vacío, estresado, cansado o inseguro?
El cerebro es un órgano programado para sobrevivir. Esta es su única prioridad, agranda los peligros, recuerda las cosas malas. Desde que nacemos nos deberían enseñar a entrenar el cerebro en positivo, a reprogramarlo.
Lo cierto es que cada acción y cada pensamiento dejan una huella física en el cerebro. Y no somos lo suficientemente conscientes de eso, funcionamos en piloto automático.
¿Cómo son tus pensamientos? ¿Qué huellas estás creando en tu cerebro? ¿Estás cansado, agobiado? El antídoto para la fatiga mental es el mismo que para la fatiga física: descansar o cambiar de actividad, es decir, en el caso de la mente, dejar de pensar o de mirar aquello que nos estresa. Cada vez que te preocupas por el futuro, que te sentís ansioso, estás visualizando en negativo. ¡APRENDÉ A VISUALIZAR EN POSITIVO!
Al encontrarnos con situaciones desfavorables es importante enfrentarlas con optimismo y para lograrlo hemos visto la importancia de desarrollar la creatividad.
¿Qué es la creatividad? Es la capacidad humana de “mezclar las cosas de otra manera” que redunda en mejorar la autoestima (estimar-nos, asignarnos un valor, querernos), fomentar las habilidades sociales y gestionar o manejar nuestras emociones.

Las sesiones de gestión emocional tienen mucho de esta creatividad. Además, los psicólogos sociales trabajamos con grupos, pensamos los grupos como espacios válidos de producción en los que el cambio y el aprendizaje se producen, en la medida en que permite aprender a pensar, a vencer, a través de la cooperación y la complementariedad en las tareas, las dificultades.
En las sesiones de gestión emocional, mi rol es el de facilitadora de la tarea. Colaboradora en el encuentro de instrumentos, de herramientas para ayudar a desanudar situaciones de confusión emocional.
La propuesta no tiene que ver con la “confesión” ni debemos confundir lo íntimo con lo personal, la propuesta es que puedan coincidir el aprendizaje, la comunicación, el esclarecimiento de las emociones y la resolución de tareas.
¡Te invito a que conozcas este espacio, a que me escribas y coordinemos una sesión!

Bibliografía: Anna Llenas, Diario de las emociones – Lucas Malaisi